Acogida y protección gratuita

Icono de inclusión


Casas refugio

Las Casas Refugio son espacios de vida que impactan en el quiebre de los ciclos de violencia a los que se enfrentan las mujeres y permiten aportar en la reconstrucción de sus vidas.


Son un espacio en el que, además de garantizarse de manera gratuita el alojamiento, alimentación, vestido y transporte, las mujeres y sus hijos e hijas o personas a cargo, que llegan a través de la emisión de una medida de protección otorgada por una autoridad competente (Comisarías de Familia o Jueces de Control de Garantías), participan en un proceso que busca que se potencie el ejercicio pleno de sus derechos, su autonomía y sus habilidades. Para ello, el modelo está basado en el desarrollo de acciones de índole psicosocial y socio jurídica por parte de un equipo interdisciplinario integrado por profesionales en primero auxilios, derecho, nutrición, pedagogía, psicología y trabajo social.

En el marco de los mecanismos de los que dispone la ciudad para prevenir las violencias contra las mujeres, las Casas Refugio permiten salvaguardar vidas y contribuir de manera efectiva a disminuir las situaciones de riesgo que enfrentan las mujeres y cuyos casos pueden derivar en feminicidio.


Actualmente funcionan 5 Casas Refugio y cada una cuenta con...

Capacidad instalada para atender hasta 42 cupos diarios.

Término de 4 meses, prorrogables hasta por 2 meses más.

Servicio 7 días a la semana y 24 horas al día.

El proceso en Casas Refugio está conformado por cuatro etapas: (1) ingreso, (2) permanencia, (3) egreso y (4) seguimiento.

Imagen del diagrama de atención y sus 4 etapas: ingreso, permanencia, egreso y seguimiento.

Esto significa que inicia con la solicitud de una medida de protección que realiza la mujer ante Comisaría de Familia o Juzgado, sigue con la acogida de la mujer y finaliza con un seguimiento que realiza el equipo luego de la salida de la Casa Refugio, a la situación de la mujer y a sus avances en los procesos judiciales y psicosociales.


Se realizan actividades orientadas a:

  • Atención y al restablecimiento de derechos, como: atención psicosocial, acompañamiento y representación jurídica.
  • Fortalecimiento de las capacidades emocionales y acceso a herramientas para el reconocimiento y exigibilidad de sus derechos humanos.
  • Acompañamiento para la búsqueda de empleo y la gestión con entidades que ofrecen empleabilidad.
  • Desarrollo de un modelo de educación flexible y de aula refugio para garantizar el acceso de las mujeres y sus hijos e hijas en una institución educativa.
  • Promoción de la salud sexual y reproductiva y hábitos de vida saludable.